Sábado
15 de febrero.
València,
Avd. de los Hermanos Maristas.
Cotorrita gris argentina (Myiopsitta monachus)
Aproveché un parón en actividades familiares
para escaparme a dar un pequeño paseo al jardín de Mortadelo, que está muy deteriorado
por el poco cuidado de usuarios y responsables municipales. Pronto me llamó la atención los gritos
de un grupo de cotorrita gris (Myiopsitta monachus) que se acercaban a comer
dátiles y se dejaron hacer alguna foto.
La cotorrita gris argentina es una ave de la
familia de los loros (Psittacidae) originaria de Sudamérica, de Bolivia, Brasil,
Argentina, Paraguay y Uruguay.
Esta especie se empezó a observar 1985 en
Barcelona y ya 1987 en Valencia. En 1988 se reprodujeron las primeras parejas
en los jardines de Viveros (GARCIA Y GANS, F.J., CATALÁ, F.J. y VERDÚ, M.,
1989. Noticiario Ornitológico Ardeola 35²: 309-310). Desde entonces su expansión
ha sido muy rápida. 3 años después en 1991 en el ATLAS DE LAS AVES NIDIFICANTES
DE LA COMIDAD VALENCIANA de V. Urios, J.V. Escobar, R. Pardo y J.A. Gómez se detecta
a la especie con reproducción segura en toda Valencia capital, Requena, Denia,
Sagunto, Puçol, Torrent, Godella y Sueca, en Castellón y en Torrevieja. Sin
duda ha ayudado a su expansión el que fuera un ave frecuente y económica en
tiendas de animales, si a ello le añadimos que es una especie muy ruidosa y
molesta, factor que seguro que ha provocado numerosas sueltas que han reforzado
las poblaciones asilvestradas.
Otro factor para explicar su rápida expansión
es la adaptabilidad de la especie que le permite consumir desde frutos a semillas,
pasando por carroñas y basuras con lo que consiguen un fácil acceso a variados recursos
alimenticios.
Cotorrita gris en el barranc del Carraixet, Alboraia, València.
Hacen nidos coloniales en palmeras grandes
que también utilizan como dormideros comunales, otra ventaja competitiva a la
que añadir sus costumbres gregarias que les facilitan el cuidado y
adiestramiento de ejemplares jóvenes, también les ayuda para defenderse de sus
escasos enemigos. Estos se pueden circunscribir a intentos de ataques de gatos o
a los escasos encuentros con alguno de los contados halcones peregrinos (Falco
peregrinus). He sido testigo de un intento de ataque en la avenida de Aragón, el
halcón volaba a mucha altura en grandes círculos, la estrategia de defensa de
las cotorras consistió en un vuelo de huida, muy juntas y cerca del suelo, sin
dejar de emitir estridentes gritos de alarma. El Halcón apenas intentó un
tímido picado que corrigió enseguida para dirigirse a un posadero en la cornisa
superior de un alto de edificio de la zona en espera otra presa más fácil.
Nido comunal en Valencia.
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