1/03/2015.
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Pico picapinos |
El domingo volví al
Rincón de Ademuz (País Valencià), por tercer año consecutivo voy a continuar con
el censo para el Atlas de aves de Valencia. La mañana estaba con un cielo
plomizo y fresca con entre 4-6ºC. Este año haré tres cuadrículas de
5x5 Km, de norte a sur son las que ocupan el macizo y valles centrales entre el
valle del Turia y la zona alta de la Puebla de San Miguel. Esta zona tiene una orografía
extrema, la zonas altas son lomas erosionadas con alturas entre los 1000 y los
1.5000 metros de altitud, los profundos y estrechos valles están a 600-700
m.s.n.m. Esta era una salida de contacto con las cuadrículas en la que tengo
que buscar accesos, lugares donde sea factible descubrir las aves como valles
con vegetación de ribera, bebederos, campos, roquedos o formaciones vegetales
singulares.
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Trepador azul |
Esta es una tierra dura que solo
permite cultivos de almendros, tablas de cereal pequeñas y alguna viña. En las zonas superiores hay
pastizales de altura salpicados de sabinares, en las zonas umbrías con más
desnivel y alejadas de las poblaciones hay pino carrasco (Pinus halepensis) repoblados
en los años 50, les sustituye el robledal-encinar en zonas como las anteriores
pero con mayor humedad. Contrasta la humildad de lo que puede producir esta
tierra con las horas de trabajo que dedicaron sus habitantes en la antigüedad.
Está todo aterrazado en bancales con sus hormas de piedra, no importaba el
desnivel había mano de obra suficiente para construir sendas y escalones con
piedra seca, rellenarlo de tierra y plantar después o almendros si era estrecho
o tablas de cereal si el bancal era más amplio. Albarrada es la palabra que con evidente
origen árabe designa estas paredes de piedra seca que sujetan tierra y retienen
el agua para obtener rendimiento agrícola en tierras. Ahora la mayoría los
bancales están desdibujados por las plantaciones de pino, solo las mejores
parcelas mantienen cultivos que a todas luces no son rentables pero las gentes de estas tierras se obcecan en seguir trabajándolas honrando a
sus antepasados.
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Umbría de Los Cuchillos, Ademuz |
En los chopos todavía desnudos de
hojas de la Rambla del Val se afanaban tres machos de pico picapinos marcando
el territorio por medio de sus tamborileos, golpean con sus picos los troncos
medio huecos y secos que tengan buena sonoridad, con ello anuncian a las
hembras que tienen un buen territorio para criar y a los machos vecinos que esa
zona es de su propiedad y no permitirán intrusos. Mientras de los verdecillos
todavía en grupo resaltaban los machos luciendo su plumaje nupcial, con sus
cantos anunciaban que el celo está próximo, además observé herrerillo
capuchino, mirlo común y curruca cabecinegra.
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Val de la Sabina |
Unos kilómetros por una estrecha
carretera de montaña llegué a Val de la Sabina, es una aldea que pertenece a la
villa de Ademuz. Está ubicada en una intersección de varios afluentes de la Rambla del
Val que poco después desembocan en el río Turia. En su arquitectura rural destaca la ermita de San Miguel Arcángel, del siglo XVI
y la antigua escuela. Su trama urbana es la típica de la zona con evidentes raíces árabes
de callejas estrechas y tortuosas aprovechando los desniveles del terreno.
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Las Cañadas, Mas del Olmo |
Continúe y en la rambla el desnivel aumentó, es la zona conocida como Los Cuchillos, aparecieron cortados rocosos con algunas cuevas con deyecciones
blancas que indican que alguna vez acunaron los pollos de alguna rapaz, ello
implica que tendré que volver y cuando avance la temporada de cría y
repasarlas con el telescopio para ver si todavía tienen inquilinos, ahora se
veía avión roquero y paloma torcaz.
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Mas del Olmo, Ademuz |
Seguí subiendo por la comarcal
CV-363 y llegué Mas del Olmo que está encaramado a media altura (1.114 metros
de altitud) en la solana, allí tienen fácil acceso a las tierras más llanas, hay
buenas tablas de cereal salpicadas de sabinas y enebros monumentales, las zonas altas y
pedregosas se utilizaban como pasto. La trama urbana se divide en cuatro
barrios; El Puntal, La Era, La Plaza y La Ermita o Barrio de los gitanos
separados por pequeñas ramblas. Es una aldea que al estar lejos de Ademuz y
mantener población, ha conservado su personalidad y actividad económica, por
tanto sus monumentos, destaca la iglesia parroquial (siglo XVII) la única de la zona
con una torre campanario. En sus campos observé perdiz y zorzal charlo. Ya en
el casco urbano, en sus ramblas vi gorrión común, gorrión molinero, estornino
negro, lavandera blanca, herrerillo común, trepador azul y paloma bravía.
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Rincón en Mas del Olmo |
Aunque una sola visita es muy
poco para adelantar resultados me sorprendió el no ver ninguna rapaz, todavía
no han llegado las aves que pasan el invierno en África pero sospecho que al haber mucha
presión de población y estar tan trabajado todo el rincón de Ademuz la presión sobre
predadores debió ser alta y todavía no se han recuperado sus poblaciones, como
muestra de lo arraigado de la "explotación" de las aves de presa señalar que he encontrado documentación de la palabra; “embadallar”, término
utilizado en Ademuz con claras raíces valencianas (badallar: bostezar) referido a la acción de poner una mordaza en el pico de los pollos
de aves rapaces en el nido, para que no puedan comer y así poder aprovechar la
carne que les llevaban sus padres para consumo humano. (José
Enrique Gargallo Gil, “Habla y Cultura Popular en el Rincón de Ademuz”, CSIC
Instituto de la Lengua Española, 2005)
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Puebla de San Miguel |
Seguí ganando altura por la carretera y llegué al carrascal de La Tejería ya en el término de Puebla de San Miguel, este municipio remoto está situado en el extremo oeste de la sierra de Javalambre tiene el pico más alto del País Valencià, mi objetivo era una modesta cota de 1.836 m.s.n.m. que ha estado siempre olvidada por culpa de las montañas más famosas al estar próximas a zonas pobladas como el Penyagolosa en Castellón o el Aitana en Alicante y han ocultado su mérito, incluso se le ha mal llamado erróneamente pico Calderón cuando en realidad es el alto de Barracas, siempre quise subirlo.
Antes de llegar a la Puebla de San Miguel, a mano izquierda sale una pista con
buen firme que indicaba “El Calderón” (Continúa el desatino), la seguí y
enseguida empecé a ganar altura entre sabinas (Juniperus thurifera), enebros (Juniperus communis) en las solanas y los pinares de pino albar (Pinus sylvestris) en las zonas más umbrías. Llegué al pico Gavilán 1.747
m.s.n.m. donde hay un observatorio anti-incendios con una vista excepcional. Al
norte se ve la ciudad de Teruel, al oeste Ademuz encajado en el valle del
Turia, prácticamente se ve todo el Rincón de Ademuz.
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Sabina monumental |
Unos metros más y en la falda del Alto de Barracas, dejé el coche, me
dirigí al sur, enseguida llegué al árbol monumental conocido como el pino de las tres Garras o de
Vicente Tortajada (forestal que lo salvó de una tala), es un pino albar (Pinus
sylvestris) al que se calcula una edad de 250 años, con 14,50 m de altura y un
tronco de 3,9 metros de perímetro.
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Pino de las tres garras o de Vicente Tortajada |
Seguí ganado altura y en solo 25 minutos llegué al alto de las Barracas 1.836 m.s.n.m. (El mal llamado pico o cerro Calderón) desde allí se veían buenas vistas al este
y al sur, en el este la cumbre del Javalambre con su pista que esquí y la
antena de telecomunicaciones, al sur en el pico del buitre resaltaba el
CAAT, (observatorio que tiene la Asociación Valenciana de Astronomía en Aras
de los Olmos). El paisaje y la vegetación de altura es de gran belleza y esta es
una ruta accesible para hacerla hasta
con niños, es totalmente recomendable. Con los fríos y las prisas no pude ver
más que zorzales pero aquí hay verderón serrano, mariposa apolo (Parnassius apollo) y mariposa luna (Graellsia isabelae) dos verdaderas joyas.
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Ladera del pico de las Barracas |
Esta ruta entre Ademuz y las faldas del Barracas la realicé en coche es de 23.5 km ida, la subida y bajada al pico de Las Barracas fueron 4.5 km. Una
vez en el coche en hora y media estuve en Requena, hubieran sido dos horas y
media ir a Valencia, esto permite planificar una excursión de un día a este rincón
de nuestra mejor naturaleza y rendir homenaje a estas tierras antiguas y a sus
gentes, verdaderos héroes que mantienen las viejas tradiciones, una vida
sobria y sincera.
Texto y fotos de Rafa Muñoz, 2015.
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