Lince ibérico macho de tres años, Arxiu RMiB |
Del 21 al 25 de
noviembre de 2022 realizamos un viaje para intentar observar a nuestro felino
endémico, el amenazado lince ibérico
(Lynx pardinus), en uno de sus mejores reductos, la sierra de Andújar (Jaén). Además queríamos disfrutar con las águilas imperiales, nutrias, buitres negros
y leonados, como especies más
destacadas de la amplia que se puede disfrutar con facilidad en el parque natural de la sierra de Andújar.
Lince ibérico, Andújar nov. 2022. Arxiu RMiB |
El lince ibérico
En la zona le
llaman el “gato” y efectivamente el lince aparenta ser un gato grande
moteado y rabón. Tiene patas largas, más
los pies que las manos que finalizan en unos pies grandes, sus garras son
retractiles. En el extremo superior de sus orejas luce unos elegantes pinceles o
penachos y de sus mejillas cuelgan dos bigoteras o barbas prolongadas. Su
envergadura entre el hocico y la cola es de entre 80 y 110 cm, la altura ronda entre los 42 y 46 cm,
su peso máximo alcanza los 16 kg.
Como la mayoría de
los felinos son animales solitarios y territoriales, los dominios de los machos
son más grandes y abarcan los de varias hembras. Sus territorios alcanzan entre
los 4 y los 30 km². Alcanzan la madurez
sexual entre los 2 y los 4 años de vida, las hembras finalizan su periodo fértil
a los 9 años. En los meses de diciembre y enero entran en celo, ocasionalmente
pueden emitir unos roncos maullidos. En esta época los machos se centran en
marcar su territorio, el cortejo de las hembras fértiles y la defensa de sus
feudos. Después de una gestación de 60-65 días realizan los partos entre marzo
y abril. Nacen entre tres y cuatro crías por parto, pero generalmente solo
sobreviven dos.
Son animales
eminentemente crepusculares, son depredadores especializados en la captura del
conejo, con uno al día tienen suficiente para cubrir sus necesidades
energéticas, estos suponen el 70% de sus presas. Pueden capturar otras presas
como corzos, crías de ciervo o gamos. No toleran la presencia de otros
predadores por lo que no dudan en matar zorros, mustélidos o meloncillos, lo
que paradójicamente beneficia a su presa, sus poblaciones aumentan al no tener
que soportar más predadores. Acechan a sus presas como la haría un gato desde
un oteadero, otras veces siguen sus rastros y se acercan sigilosamente hasta que
logran acercarse a la distancia óptima, entonces con un potente salto se
abalanzan sobre sus presas.
Lince ibérico en Andújar, nov. 2022. Arxiu RMiB |
Recuperar un felino al borde de la extinción
El lince es una especie
singular que estuvo muy próxima a la extinción, en 2009 era considerado como el
felino más amenazado del planeta (9). En 1985 se estimó que quedaban poco más
de 800 ejemplares en libertad, pero después de comprobar la acelerada debacle
de sus poblaciones que en 1999 apenas superaban los 200 linces en libertad, el Ministerio
de Medio Ambiente con el apoyo de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) diseñaron una estrategia para intentar revertir la eminente
extinción, el objetivo era que en 2011 abandonara la categoría de en peligro
crítico de extinción de la lista de la UICN
(9). El plan comenzó a funcionar en 2001 y el año siguiente comprobó que solo
quedaban 102 ejemplares en libertad, acantonados en dos reductos, 60 en la sierra de Andújar y 42 en Doñana (9).
En 2004 se inició el
programa de cría en cautividad con 12 linces. Como eran muy pocos, entre 2004 y
2019 capturaron un total de 28 ejemplares para reforzar el núcleo reproductor.
El primer nacimiento se obtuvo en 2005 y gracias al éxito del proyecto, a
partir de 2010 comenzaron las sueltas de linces que hasta 2019 liberaron un
total de 29 ejemplares (3).
Las entidades que
se encargan de la reproducción de linces en cautividad son: el Parque Zoo-botánico
de Jerez de La Frontera, el Centro
de Cría de El Acebuche en Doñana, el Centro de Cría de La Olivilla en Córdoba, el Centro Nacional
de Reprodução de Silves, Portugal y el Centro de Cría de Zarza de Granadilla en Cáceres.
Gracias a los
esfuerzos conservacionistas y al refuerzo de poblaciones con la cría en cautividad,
su población total en el mes de mayo de 2021 había subió a los 1.365
ejemplares. Ese mismo año se contabilizaron 500 nacimientos de 277 hembras
reproductoras en libertad.
Al inicio de la
segunda década del siglo XXI los linces estaban distribuidos en 13 núcleos
poblacionales, todos ellos dentro de la Península
Ibérica. Los 12 núcleos en territorio español contaban con 1.156
ejemplares. Cinco de ellos se ubican en Andalucía
y cuentan con 519 individuos. Las tres áreas en Castilla-La Mancha tienen 473 individuos y la cuatro que hay en Extremadura alcanzan los 164 ejemplares,
además del núcleo de Portugal tenía
209 linces.
Bajando al detalle
de cada una de las áreas con poblaciones linceras,
resulta que en Andújar y Cardeña viven 200 linces, en Guarrizas 164, en Doñana-Aljarafe quedan 94, en Guadalmellato
44 y en la Sierra Norte 17, todas
estas zonas se encuentran en Andalucía.
En Castilla-La Mancha destaca el núcleo de
Montes de Toledo que se ha
convertido en el más poblado del estado con una población de 221 linces, en la Sierra Morena Oriental hay 170 y en Sierra Morena Occidental otros 82 más. En Extremadura el núcleo principal se encuentra en Matachel y acoge 121 “gatos”, le siguen
la zona de Ortigas con 20, Valdecañas/Ibores con 14 y Valdecigüeñas con otros 9 ejemplares
(4).
Es una especie en
expansión y gracias al seguimiento de algunos ejemplares liberados con un
collar radiotransmisor, se ha comprobado que son capaces de dispersarse muy
lejos de sus zonas habituales. En 2019, gracias a una cámara de foto-trampeo se
comprobó que un lince estuvo divagando por Villena, en la comarca del Alt
Vinalopó, en el País Valencià
(6).
Otro ejemplar
llamado Litio, después de ser
liberado en el Algarve Portugués, en
junio de 2018 llegó hasta Santa Coloma
de Cervelló, a escasos 15 minutos de Barcelona.
Para ello atravesó toda la Península
Ibérica y un espeso nudo de autopistas y carreteras del área metropolitana
de la capital catalana (7).
A pesar de la
mejora poblacional no se ha detenido el programa de Conservación Ex-situ del Lince. El año 2022 tiene 28 parejas
reproductoras, de las que 21 lograron gestar un total de 55 cachorros, de ellos
sobrevivieron al destete 19 machos y 23 hembras (8).
Gráfica de
cachorros de lince nacidos en cautividad, Ministerio para la Transición
Ecológica y el Reto Demográfico.
La sierra de Andújar
El 28 de Julio de
1989 se declaró este parque natural, situado en la vertiente sur de Sierra Morena, al noroeste de la
provincia de Jaén. Protege una
superficie de 74.774 Ha de dehesas y
bosques mediterráneos situados entre
los 1.290 m del pico Burcio del Pino,
en Sierra Quintana y los 200 m, en
el límite más cercano a Andújar (10).
Su configuración
geológica presenta tres tipos de rocas dominantes, destacan a ojos inexpertos los
bellos granitos que forman unos
“bolos” muy singulares, una vez erosionados forman suelos arenosos. Las duras cuarcitas están presentes en los cortados
más abruptos mientras que las más generalizadas son las pizarras, como son muy sensibles a la erosión, forman relieves suaves,
que resultan patentes en las frecuentes lomas redondeadas.
La mayor parte de la
superficie del parque está ocupada por enormes fincas cinegéticas que tienen el
acceso restringido por miles de kilómetros de cercados cinegéticos.
Principalmente están dedicadas a la caza mayor, por lo que abundan los ciervos, gamos, corzos, muflones y jabalís, pero algunas crían de reses
bravas, vacas de carne, ovejas, caballos y cerdos ibéricos.
Alcornoque descorchado, nov. 2022. Arxiu RMiB |
Este es el reino de
las grandes monterías, aquí practica la caza mayor gente poderosa y acaudalada.
Lo hizo el dictador Franco y su
sucesor Juan Carlos I, “el campechano”. La tradición no se ha
perdido, uno de los vecinos nos aseguró que aunque se oculta celosamente a la
opinión pública, también caza con frecuencia el rey Felipe I, “el preparado”.
Pensar que cuando era un principito adolescente y simpático, en 1996, presentó
la serie documental sobre la fauna
ibérica, “La España Salvaje”, donde
alardeó de su teórico ecologismo (5).
Rafi, macho de tres años en Cabeza Parda, noviembre de 2022, Arxiu RMiB |
¿Cuándo y cómo observar al lince en Andújar?
El mejor modo de
poder tener la fortuna de ver un lince es
realizar esperas en las zonas apropiadas, con ayuda de prismáticos y
telescopios terrestres hay que batir el terreno para intentar detectar el
movimiento de algún gato. Puede
ayudarnos estar atentos a las señales de inquietud de urracas o cérvidos, cuando
detectan su presencia. Pero recordar que son felinos, por tanto cazadores eminentemente
crepusculares, el resto de la jornada el lince
se dedica al descanso, les gusta solearse en invierno o dormitar a la sombra en
la canícula.
El periodo en el
que están más activos coincide con el celo, dependiendo de la climatología
oscila entre la segunda semana de noviembre y la primera de enero. Otro periodo
de gran actividad es cuando tienen las crías crecidas, estas son juguetonas y
se mueven alrededor de sus madres, además ellas deben alimentar más bocas y por
tanto necesitan cazar más.
Un factor
importante para el observador de linces es
la suerte ya que se puede coincidir con ellos en cualquier pista o carretera
del parque o del entorno. Para ayudarla hay que circular despacio y con los
ojos abiertos ya que la posibilidad de atropellos o no descubrirlos es alta.
Cuando se coincide con ellos, es mejor moverse despacio y sin hacer ruido, así comprobaremos
que no nos tienen miedo y ellos son capaces de seguir a lo suyo, ignorándonos.
¿Dónde encontrar el lince en Andújar?
La Lancha
Sin duda el mejor
lugar donde intentar ver un lince es La
Lancha. Para llegar si partimos desde Andújar,
en la rotonda de la avenida Blas Infante nº 6 hay que tomar la comarcal
A-6177 que sale dirección norte. Tras 14,2 km se llega al alojamiento rural Los Pinos, que cuenta con un restaurante
muy recomendable. Nada más pasarlo, a mano derecha, nace la estrecha carretera JH-5002
que serpentea entre chalets y enormes pinos piñoneros que con sus raíces deforman
el firme asfaltado como si fuera papel, llevar cuidado si no queréis destrozar
los bajos del vehículo.
La Lancha |
Una vez dejamos
atrás las segundas residencias, la carretera sigue ganando altura entre
vallados cinegéticos donde abundan los ciervos
y gamos, además del resto ungulados silvestres. Aquí se pueden
ver páridos y arrendajos. Cuando se llega a una meseta, el bosque se abre y deja
paso a una dehesa aclarada, circulamos junto a unos corrales tapiados y enseguida
se llega a un tentadero circular.
Comederos de granito, Arxiu RMiB |
A mano izquierda aparece
una pista de tierra, señalizada con un rótulo donde pone: La Lancha. Hay que seguirla durante 4,5 km, es una pista muy deteriorada
que puede transitar cualquier vehículo siempre que vaya muy despacio y
esquivando los baches más profundos. En ese tramo hay dehesas abiertas donde
pastan reses bravas, rodeadas de cérvidos,
jabalís y cerdos ibéricos. Llama la atención la presencia de unos singulares comederos
construidos por picapedreros que vaciaron enormes bolos de granito, que encontraremos
alineados a ambos lados de la pista. Esta zona es muy buena para ver alaúdidos, pícidos, fringílidos, córvidos
y rabilargos.
Buitre negro en la Lancha, noviembre de 2022. Arxiu RMiB |
Cerca del final de
este tramo se pasa junto a una elaborada puerta forjada con su nombre y una
cabeza de ciervo, Cabeza Parda. Un
vecino nos aseguró que su reciente heredero era contrario a la caza y no dejaba
practicarla. Esto había disparado las poblaciones de cérvidos y como están
encerradas en un espacio finito y en una época de sequía pertinaz, se había
reducido la disponibilidad de alimento por lo que las reses salvajes padecieron
desnutrición severa. Esto provocó que la guardería del parque obligara al
propietario a descastar un buen número de venados para reducir sus poblaciones
y como se negaba a la caza con armas de fuego, contrató a un arquero.
Segundo observatorio de los Escoriales, La Lancha, Arxiu RMiB |
Desde Cabeza Parda la pista mejora considerablemente
el firme, entramos en la mejor zona donde poder observar un lince ibérico en libertad. El camino
baja por un vallejo donde la vegetación se cierra, cuando se vuelve a abrir el
paisaje hemos llegado a los Escoriales.
A mano izquierda vemos como descienden las onduladas laderas. Enseguida
encontramos el primero de cinco miradores que apuntan a la cola del embalse del Encinarejo. Cualquiera de ellos es
ideal para sentarse en silencio, con ayuda de prismáticos y catalejo, si
contamos con un poco de suerte, podremos observar el gato. No descuidéis las
espaldas, algunas veces los linces atraviesan
la pista ignorando a los observadores, en ocasiones pueden pasar muy cerca. Aquí
mismo se observa con facilidad una pareja de águila imperial además de buitres
negros y leonados.
Curruca rabilarga, Andújar nov. 2022. Arxiu RMiB |
La pista continúa serpenteando
por la ladera, atraviesa un collado y tras recorrer 2,8 km llega al mirador del
Jándula, situado junto al poblado de
la Lancha, donde se alojaron los
trabajadores que construyeron este embalse. La distancia total entre Los Pinos y el poblado de La Lancha es de 17,2 km.
El Encinarejo |
El Encinarejo
Antaño fue una zona lincera muy buena pero en la
actualidad hay menos posibilidades de encontrar al gato, sin embargo es un
lugar de visita obligada y enseguida entenderéis porqué. Partiendo del complejo
Los Pinos, siguiendo por la comarcal
A-6177, tras recorrer 7,6 km se llega un estrecho puente de hierro que cruza el
río Jándula, nada más atravesarlo
nace una amplia pista con muy buen firme, entramos a El Encinarejo.
El camino de tierra
circula paralelo al río que cuenta con un espectacular bosque de ribera donde reinan enormes pies de chopos, fresnos y olmos,
algo más alejados del agua crecen enormes pinos
piñoneros, grandes encinas y alcornoques.
Buitre leonado, Andújar nov. 2022. Arxiu RMiB |
La pista sube una
loma, cuando la corona, en el lado derecho del camino aparecen unos pretiles de
piedra y una valla de madera. Desde allí, mirando al sur se domina una buena
porción de terreno donde vale la pena hacer una espera. Siempre se ven venados o gamos, pero con suerte se puede encontrar algún lince o bisonte europeo que han reintroducido recientemente en esa finca.
En la zona abunda el rabilargo, hay garzas, martinetes, martín pescador,
cormorán en época invernal y oropéndolas
en primavera y verano.
Urraca, Andújar nov. 2022. Arxiu RMiB |
Bajando la suave
loma, al alcanzar el nivel del río, aparecen un par de observatorios. El
primero es el de Doña Rosa y el
segundo el de Los Lastrones, ambos
están techados aunque no están muy bien ubicados al quedar algo alejados del
cauce. Tras haber recorrido 2,6 km se llega a los pies de la vieja presa del
embalse del Encinarejo. Allí mismo,
preferentemente a primera hora del día, se suele observar una pareja de nutrias y, en temporada, acompañadas sus
crías.
Águila imperial ibérica adulta en la Lancha, nov. de 2022. Arxiu RMiB |
Listas de aves
observadas en eBird:
21/11/22.-
https://ebird.org/checklist/S123153488
22/11/22.-
https://ebird.org/checklist/S123153213
https://ebird.org/checklist/S123153305
https://ebird.org/checklist/S123153396
23/11/22
https://ebird.org/checklist/S123152912
https://ebird.org/checklist/S123152957
https://ebird.org/checklist/S123153029
24/11/22
https://ebird.org/checklist/S123152605
https://ebird.org/checklist/S123152741
https://ebird.org/checklist/S123152831
Águila perdicera en la Lancha, nov. de 2022. Arxiu RMiB |
Bibliografía y referencias:
(1) https://elpais.com/diario/2001/04/16/sociedad/987372005_850215.html
(2) https://www.lynxexsitu.es/seccion.php?secc=NOTICIAS&id=115
(3) https://www.miteco.gob.es/es/parques-nacionales-oapn/plan-accion-2007_tcm30-61743.pdf
(5) https://www.turismodeandujar.com/parque-natural-sierra-de-andujar
(6) https://valenciasecreta.com/lince-iberico-comunitat-valenciana/
(8) https://www.lynxexsitu.es/seccion.php?secc=NOTICIAS&id=115
(9) https://www.lynxexsitu.es/ficheros/documentos_pdf/37/bookexsituvargas2009_3.pdf
(10) https://www.turismodeandujar.com/historia-de-andujar
Ciervo macho, Andújar nov. 2022. Arxiu RMiB |
Texto y fotos de
Rafa Muñoz
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