El pasado sábado el Grupo Requena-Utiel de
En el centro de la laguna las plantas acuáticas florecían mientras espesos juncos guardaban las orillas. Allí se refugiaban varias parejas de carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) y un par de parejas de tarabilla común (Saxicola torquatus). En la zona de aguas abiertas campaban unas 20 parejas de fochas comunes (Fulica atra) acompañadas por pollos de diferentes edades. Una de ellas estaba anillada acompañada de un pequeño pollo, llevaba un collar negro con dígitos blancos que leídos de izquierda a derecha ponían OX5.
Otro de los reproductores en la laguna es el zampullín chico (Tachybaptus ruficollis) del que no habrían menos de 10 parejas aunque no llegamos a observar ningún pollo que seguro que permanecían escondidos.
La tarde pasaba y el desánimo empezaba a cundir, los eleonora no aparecían. Decidimos dar un paseo alrededor de la laguna. Entre los pinares, las viñas y los matorrales se observaba una pareja de bisbita campestre (Anthus campestris) y abundaban los grupos familiares de pardillos (Carduelis cannabina), verdecillos (Serinus serinus) y jilgueros (Carduelis carduelos). En lo alto un aguililla calzada (Aquila pennata) nos sobresaltó, pero seguía cayendo la tarde y seguíamos sin rastro de los eleonora.
Un pozo guardaba una sorpresa para muchos. Allí se amontonaban gallipatos (Pleurodeles waltl) algo famélicos por la escasez de alimento. Rescatamos uno y después de una sesión fotográfica lo liberamos en una charca próxima.
De vuelta a los coche con el sol ya puesto lo que en primer vistazo nos parecieron dos córvidos eran dos halcones de eleonora de fase clara. Hasta casi la oscuridad total fueron el merecido centro de atención con sus quiebros, con sus capturas de insectos en vuelo y con su automático consumo sin parar de volar. Incluso alguna presa provocó la envidia del compañero que se lanzaba sobre el cazador intentado quitarle su bien ganado aperitivo entre espectaculares quiebros. Pero ya subiendo a los coches un halcón más se sumó a los dos iniciales con lo que este año repitió cifras del conteo del año pasado, un mínimo de tres ejemplares. Lejos quedan las cifras de hace unos años de hasta 17 ejemplares simultáneamente en los cielos de la laguna pero parece que este espectáculo se reparte por más parajes de la península. A los cañones de la ciudad de Cuenca, se sumó Talayuelas y posteriormente se han detectado en esta época del año en el interior de Castelló, en los pinares en Girona y últimamente la sierra de Gredos en Ávila.
Pero ni de noche paramos, algunos nos acercamos a una laguna próxima que retiene las aguas mucho menos tiempo. Allí la explosión de la vida hacía hervir los someros charcos. Miles de renacuajos de sapo espuelas (Pelobates culpitripes) luchaban contra el tiempo intentando crecer antes de que el verano seque las aguas. En los alrededores los más afortunados ya con sus patas desarrolladas y una efímera cola correteaban entre la hierba.
Mensaje y fotos de Rafa Muñoz en el Foro SVO Aves.
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