RECORRIDO INVERNAL PARA EL ATLAS, CASTIELFABIB

23 de febrero 2014 


 Castielfabib, febrero 2014.


El domingo hice un nuevo recorrido invernal a la cuadrícula XJ44D, en el término de Castielfabib, Rincón de Ademuz, València.

Al amanecer con -4ºC, despejado y sin viento a 1200 metros en la zona de El Macarrón había poco movimiento, lo más llamativo eran los tempraneros cantos de los machos de triguero (Miliaria calandra) desde sus perchas al sol. Otra pequeña rapaz que buscaba el calor de los primeros rayos era un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus).

 Casas Quemadas


En la zona llana a más altitud, el reino de enanas aliagas y cojines de monja se dejaba ver alguna cogujada montesina (Galerida theklae) y una esquiva alondra ricotí (Chersophilus duponti), más tarde pude escuchar un canto de celo de esta especie que debe estar en sus comienzos sin embargo los pardillo común (Carduelis cannabina) todavía andaban formando sus típicos bandos invernales.

Continúe hasta un caserío abandonado, Casas Quemadas y allí seguí por el límite provincial con Teruel hasta el barranco de la Canaleja, sus aguas separan Aragón del Reino de Valencia hasta su muerte en el río Ebrón.


 Barranco de la Canaleja


Por al camino pocas aves pero unos paisajes soberbios divididos en tres tipos de hábitat distintos. En el valle campos de cereal en barbecho donde había corneja negra (Corvus corone) y perdiz roja (Alectoris rufa) y en los márgenes de los campos tarabilla común (Saxicola rubicola).

En las ralas solanas había sabinas dispersas, en el centro el arroyo, entre sus desnudos chopos había pinzón vulgar (Fringilla coelebs), escribano montesino (Emberiza cia), pito real ibérico (Picus sharpei), jilguero (Carduelis carduelis) y mirlo común (Turdus merula).


 Carbonero garrapinos (Parus ater)


Los pinares se escondían guarnecidos en las umbrías y eran explotados por grupos de carbonero garrapinos (Parus ater), paloma torcaz (Columba palumbus) y arrendajo (Coracias garrulus).

De regreso paré para volver a disfrutar del mayor chozo comarcal de piedra seca, en Casas Bajas, una antiquísima catedral rupestre de 5x15 metros y perfectamente conservada gracias a su olvido.


 La "catedral" rupestre de Casas Bajas, chozo del corral de Andrés.

EXPANSIÓN DE LA COTORRITA GRIS (Myiopsitta monachus)

Sábado 15 de febrero.
València, Avd. de los Hermanos Maristas.



Cotorrita gris argentina (Myiopsitta monachus)



Aproveché un parón en actividades familiares para escaparme a dar un pequeño paseo al jardín de Mortadelo, que está muy deteriorado por el poco cuidado de usuarios y responsables municipales. Pronto me llamó la atención los gritos de un grupo de cotorrita gris (Myiopsitta monachus) que se acercaban a comer dátiles y se dejaron hacer alguna foto.

La cotorrita gris argentina es una ave de la familia de los loros (Psittacidae) originaria de Sudamérica, de Bolivia, Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.

Esta especie se empezó a observar 1985 en Barcelona y ya 1987 en Valencia. En 1988 se reprodujeron las primeras parejas en los jardines de Viveros (GARCIA Y GANS, F.J., CATALÁ, F.J. y VERDÚ, M., 1989. Noticiario Ornitológico Ardeola 35²: 309-310). Desde entonces su expansión ha sido muy rápida. 3 años después en 1991 en el ATLAS DE LAS AVES NIDIFICANTES DE LA COMIDAD VALENCIANA de V. Urios, J.V. Escobar, R. Pardo y J.A. Gómez se detecta a la especie con reproducción segura en toda Valencia capital, Requena, Denia, Sagunto, Puçol, Torrent, Godella y Sueca, en Castellón y en Torrevieja. Sin duda ha ayudado a su expansión el que fuera un ave frecuente y económica en tiendas de animales, si a ello le añadimos que es una especie muy ruidosa y molesta, factor que seguro que ha provocado numerosas sueltas que han reforzado las poblaciones asilvestradas.

Otro factor para explicar su rápida expansión es la adaptabilidad de la especie que le permite consumir desde frutos a semillas, pasando por carroñas y basuras con lo que consiguen un fácil acceso a variados recursos alimenticios.

 Cotorrita gris en el barranc del Carraixet, Alboraia, València.



Hacen nidos coloniales en palmeras grandes que también utilizan como dormideros comunales, otra ventaja competitiva a la que añadir sus costumbres gregarias que les facilitan el cuidado y adiestramiento de ejemplares jóvenes, también les ayuda para defenderse de sus escasos enemigos. Estos se pueden circunscribir a intentos de ataques de gatos o a los escasos encuentros con alguno de los contados halcones peregrinos (Falco peregrinus). He sido testigo de un intento de ataque en la avenida de Aragón, el halcón volaba a mucha altura en grandes círculos, la estrategia de defensa de las cotorras consistió en un vuelo de huida, muy juntas y cerca del suelo, sin dejar de emitir estridentes gritos de alarma. El Halcón apenas intentó un tímido picado que corrigió enseguida para dirigirse a un posadero en la cornisa superior de un alto de edificio de la zona en espera otra presa más fácil.

Nido comunal en Valencia.

CENSO INVERNAL EN EL MACARRÓN, CASTIELFABIB



2 de febrero de 2014

 Páramos del Macarrón.


Amanece con -4ºC y cielo despejado, por suerte no hay viento y bien abrigado se puede aguantar. A la altura de la abandonada aldea del Hontanar salgo de la Nacional 420. Subo dirección norte dirección al Macarrón con 1.222 m.s.n.m.

 A la izquierda Corrales de La Nava y la derecha Veguillas de la Sierra, Teruel.


Unos campos de cereal dejan paso al ralo matorral compuesto romeros, espinos, aliagas y cojín de monja, salpicados de alguna pequeña sabina. Este es terreno utilizado para pasto y algún corral de pastores en pie lo demuestra. En seguida levanto una alondra de ricotí (Chersophilus duponti), poco después otro ejemplar, pero enseguida se pierden “ratoneando” tras los matorrales, probablemente sea la especie más difícil de ver dado lo escaso de sus poblaciones, lo críptico de su plumaje y lo reservado de sus costumbres.

Altos de Castielfabib, detrás el Carril y el valle de Turia.


En lo alto del Macarrón disfruto de unas vistas espectaculares,  al este la parte alta de Castielfabib, detrás el Carril con 1.042m. más allá el valle del Turia, detrás las lomas del Romance y el Cerrellar de 1210 y 1220 m.s.n.m. respectivamente, por último las cumbres de la sierra de Javalambre con buena cantidad de nieve. Al norte las comarcas vecinas de Teruel, al oeste el valle por donde sube la nacional, dirección Cuenca. Al sur montes que tanpan a Vallanca y Ademuz.


Tras un largo paseo para observar más especies he finalizado con la anotación en el cuaderno de una pareja de cogujada montesina  (Galerida theklae), dos bisbita común (Anthus pratensis), un grupo de 6 escribano montesino  (Emberiza cia) y dos cuervos (Corvus corax). Pocas especies pero estas sobrias tierras altas en invierno no deben producir mucho.

Tóvedas de Arriba.

De regreso al Hontanar he podido observar una pareja de urraca (Pica pica), dos carbonero común (Parus major) y un mirlo común (Turdus merula). He tomado las coordenadas del nido de golondrina daúrica de la semana pasada y he encontrado los restos de otro, todavia más antiguo, según el GPS están a 1.179 y 1229 m.s.n.m, respectivamente lo que probablemente los convertirá en los nidos a más altitud del País Valencià y de los más altos de España.



Alondra ricotí (Chersophilus duponti).


Para cambiar de sentido en la nacional he salido en el desvío a Arroyo Cerezo y allí sobre una buenas sabinas habían 4 zorzal real (Turdus pilaris). Unos metros más y en el Hontanar otro bando de escribano montesino  (Emberiza cia) y pinzón vulgar (Fringilla coelebs). Después con el coche he ido a busca una pista que lleva hasta Vallanca y he llegado al valle de Tóvedas, solo he tenido tiempo de recorrerlo con el coche pero me ha dado tiempo a añadir zorzal común (Turdus philomelos), pito real (Picus viridis), gorrión chillón (Petronia petronia) y verdecillo (Serinus serinus). Este valle promete un montón de especies en primavera, ahora lo utiliza un enorme rebaño para invernar.

Gorrión chillón (Petronia petronia)