DOS JORNADAS EN LA SALADA, EL TORO

Amanecer en La Salada, El Toro



En estas lomas en el extremo oriental de la Sierra de Javalambre, en el límite de Aragón y el País Valencià se encuentra la carretera asfaltada que llega a mayor altitud de toda la geografía valenciana. Sale de la localidad de l’Alt Palancia, El Toro y tras 15 kilómetros llega al alto de La Salada. Alli hay una loma con pastizales situada a 1.581 metros sobre el nivel del mar donde las vistas son impresionantes, desde allí en días despejados se divisa la llanura de València, la ciudad se encuentra a sólo 60 km de distancia en línea recta.

Collalba gris (Oenanthe oenanthe)


Esta cresta esconde mucha historia, en la Guerra Civil aquí estuvo el Enclave XYZ, una línea de trincheras de la República que defendía el País Valencià del frente. En 1938 después de la batalla de Teruel se produjeron violentos combates entre la 12 División del Cuerpo de Ejército rebelde del Turia al mando del general Asensio que chocó con la valerosa defensa de la 47 División del Ejército Popular Republicano al mando de José Recalde Vela, sin duda impidieron una conquista  temprana de València.

Curruca tomillera (Curruca conspicillata conspicillata)


En 1970 se construyó la Base Militar de “La Salada”,  popularmente conocía como la “Base del Toro”, la hicieron los norteamericanos para completar la red de enlace radiofónico de los acuartelamientos militares españoles. Aquí instalaron un repetidor que enlazaba la capitanía de Valencia, el Montseny, Sierra Espuña y Mallorca con el Cuartel General del Ejército en Madrid. Con la evolución de las telecomunicaciones este acuartelamiento perdió su razón de ser, se cerró y abandonó en 1997.


Lomas de La Salada


A esta altitud aquí se encuentra una fauna y una vegetación poco frecuentes en el resto de tierras valencianas, por ello decidí hacer noche en lo alto, disfrutar de las últimas horas de luz del día 7 de y de la mañana del 8 julio. Llegué con poca luz por lo que sólo pude hacer un rápido un reconocimiento de las aves del lugar y disfrutar de la puesta de sol. Por la mañana tras un amanecer espectacular y unas horas de pajareo regresé a mi domicilio con algunas fotos en mi cámara y con un puñado de anotaciones en el cuaderno de campo.

Collalba gris (Oenanthe oenanthe)


Quiero destacar el acercamiento a un montículo de piedras que realizaban los sufridos agricultores para poder labrar estas lomas. Allí había un grupo familiar de Collalba gris (Oenanthe oenanthe) compuesto por dos pollos volanderos y la pareja de adultos, sin duda allí escondían el nido. Poco a poco conseguí acostumbrar a los pollos con mi presencia, me acerqué me dejaron sentarme en el borde de su montón de piedras. Los pollos desde las piedras opuestas me miraban con curiosidad pero la hembra estaba recelosa y no me perdía de vista. Apareció el macho, se posó en lo alto del pedregal y me miró inquisidor durante unos segundos antes de volver a desaparecer, advirtió a toda la familia para que se alejaran y ocultaran y yo entendí que les estaba molestando con mi intrusión, me alejé del lugar recordando esa mirada de reproche del macho.

Mosquitero papialbo (Rhadina bonelli)


Otras aves alegraron esa jornada: dos grupos familiares de Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), una pareja de Cuervo grande (Corvus corax), varios ejemplares de Curruca tomillera (Curruca conspicillata conspicillata), Lavandera blanca (Motacilla alba), Liebre ibérica (Lepus granatensis), Mito común (Aegithalos caudatus, Alondra totovía (Lullula arborea), Arrendajo euroasiático (Garrulus glandarius), Avión común (Delichon urbicum) y Carbonero garrapinos (Periparus ater).

Collalba gris (Oenanthe oenanthe)


También una pareja de Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus), un nutrido grupo de 22 Chova piquirroja (Pyrrhocorax graculus), familias de Escribano montesino (Emberiza cia), Estornino negro (Sturnus unicolor), Mosquitero papialbo (Rhadina bonelli), Serín verdecillo (Serinus serinus), Tarabilla europea (Saxicola rubicola), Vencejo común (Apus apus) y Zorzal charlo (Turdus viscivorus).

Juvenil de Carbonero garrapinos (Periparus ater)


El ocaso


Texto y fotos de Rafa Muñoz 2020.