MARJAL DELS MOROS, ESTEM EN HIVERN I JA COMENÇA EL CEL DE LES AUS.


26 de febrer de 2019, Marjal dels Moros, Sagunt.

Rascló (Rallus aquaticus)


Duguem uns dies que el termòmetre puja fins als 20 graus a migdia, ix el sol amb un cel clar, no bufa el vent i la marjal està plena d'aigua gràcies a les pluges de tardor, aquesta suma de factors fa que els animals vulguen començar el període reproductiu.

Camallonga (Himantopus himantopus)


Una parella de Camallonga (Himantopus himantopus) ha fet una còpula a la llacuna dels xatracs, hi ha set exemplars d'Ànec capblanc (Oxyura leucocephala) 3 mascles i quatre femelles que romanen prou junts, els mascles comencen a marcar-se entre ells, de tant en tant es fan una envestida per demostrar que són més forts. Una Fotja (Fulica atra) no permet que cap altre ànec s'acoste al racó on està construint el niu.

Ànec capblanc (Oxyura leucocephala)


Pels cels vaig vorer quatre exemplars d'Arpellot de marjal (Circus aeruginosus), un d'ells amb plomatge tipus femella du marques alars de plàstic roig a les espatlles i va fer fugir a un Rascló (Rallus aquaticus) que travessa un clar entre les canyes.

Mosquiter comú (Phylloscopus collybita)


Encara tenim moltes espècies hivernants a la marjal, està plena de Mosquiter comú (Phylloscopus collybita) i de Teuladí de canyar (Emberiza schoeniclus), també he vist un Pit-blau (Luscinia svecica) i un Pit-roig (Erithacus rubecula).

Teuladí torredà (Passer montanus)


Text i fotos de Rafa Muñoz

Cullerot (Anas clypeata)


SRI LANKA III, BOSQUES SECOS, MARJALES Y BALLENAS


Viernes 25 de enero de 2019

Monarca colilargo asiático (Terpsiphone paradisi)


Sinharaja Forest Reserve, Ratnapura District, Sabaragamuwa Province, (6°25'54.67"N / 80°25'8.39"E)

Madrugamos mucho para llegar a tiempo de ver el amanecer en una casa de unos agricultores frente al Sinharaja Forest, cuando rayaban las primeras luces se elevó el espectacular concierto de voces del bosque, mejor que cualquier palabra, subir el volumen y ver el breve video que grabé.



Aquel amanecer fue tan intenso que me pareció eterno, en lo alto de un enorme árbol con toda la delicadeza del mundo se hacía arrumacos una pareja de Vinago de Ceilán (Treron pompadora), copularon y siguieron acicalándose mutuamente toda la mañana.

Drongo cenizo (Dicrurus leucophaeus longicaudatus)


Cuando la intensidad de la luz subía se elevó volando en vertical un Drongo cenizo (Dicrurus leucophaeus longicaudatus) para dejarse caer, parecía querer marcar su trozo de selva, esto lo repitió varias veces, una de ellas, unos metros por detrás le imitó un Drongo de raquetas grande​ (Dicrurus paradiseus), como bien dice su nombre era significativamente más grande, lo que más destacaba eran las largas y filamentosas plumas caudales de los extremos que acababan en dos pequeñas raquetas, poco después se dejó ver un Pito crestigualdo (Picus chlorolophus) trepando por una enorme palmera.

Valle con cultivos frente a Sinharaja Forest Reserve


Sin previo aviso nos llamarón los guías y pidieron  máximo silencio, entramos en la humilde casa unifamiliar. Atravesamos un corredor estrecho que separaba la habitación que hacía de casa de una caseta anexa que daba la espalda a la selva, nos asomamos a la trasera de la parcela y allí había 4 gallinas domésticas. Aguardamos en silencio y bien apretados por lo estrecho del lugar, con lentitud y con la timidez propia de las polluelas salió de la espesura una increíble Polluela de la jungla (Rallina eurizonoides), atravesó la zona y desapareció con el mismo sigilo con el que apareció, muchos no llegaron a verla a pesar del vivo color naranja que tenía en cabeza, cuello y pecho, poco después apareció una Gallineta pechiblanca (Amaurornis phoenicurus).

Zorzal alimoteado (Geokichla spiloptera)


Sin tiempo para asimilar la observación apareció en escena una pareja de Faisancillo de Ceilán​ (Galloperdix bicalcarata), el macho era muy llamativo gracias al rojo de su antifaz y pico, además de un vivo pecho jaspeado de blanco y negro, sin embargo la hembra era de un marrón sobrio que le permitía pasar inadvertida. Hizo presencia otro actor, era un Zorzal alimoteado (Geokichla spiloptera), minutos después cerró el acto un Picaflores cingalés (Dicaeum vincens) en lo alto de las ramas de un arbusto donde atrapo una oruga.

Cucal de Ceilán (Centropus chlororhynchus)


Acabada la función comentamos maravillados que todo había ocurrido en la trasera de una humilde casa mientras sus propietarios barrían y oían por la radio algo similar al canto del almuecín que debía ser una letanía budista, mientras tanto dos grupos de unos 20 ornitólogos entrados en años se amontonaban junto a sus gallinas para ver los duendes del bosque. Sin duda la propina que les dieron nuestros guías les ayuda a vivir mejor pero deben pensar que los occidentales estamos locos de remate.

Urraca cingalesa (Urocissa ornata) foto de Alejandro Vázquez


Más tarde en los lindes de una parcela vecina nos apretamos de nuevo para ver un precioso Cucal de Ceilán (Centropus chlororhynchus). De regreso a comer al hotel todavía tuvimos tiempo para ver dos Urraca cingalesa (Urocissa ornata) que entraban y salían de un nido en lo alto de un árbol junto a la pista, la construcción me recordó al nido de nuestra urraca europea.

Gecko casero común (Hemidactylus frenatus)


Con pesar abandonamos ese increíble rincón de Sri Lanka, subimos al autobús y todos dormimos una reparadora siesta, yo no recuerdo nada del resto de aquella tarde y nadie anotó ninguna especie más, el brillo de esa intensa mañana cegó el resto de la jornada, solo sé que nos alojamos en el Centauria Wild Hotel, en Udawalawe, donde tuvimos la única tormenta de todo el viaje, gracias a las fotos recuerdo que un Gecko casero común (Hemidactylus frenatus) nos miraba inmóvil desde un rincón del balcón de la habitación.

Calao coronado en Udawalawe National Park


Sábado 26 de enero de 2019

Udawalawe National Park, Ratnapura District, Sabaragamuwa Province (6°26'24.48"N, 80°53'27.96"E)

Este parque de 30.821 ha se declaró en el año 1972 para proporcionar un refugio a los animales desplazados por la construcción del gran embalse de Udawalawe construido en el cauce medio del río Walawe. Esta es una zona de transición entre las tierras húmedas centrales y las llanuras secas donde solo tienen un monzón al año.

Timalí ojigualdo de Sri Lanka (Chrysomma sinense nasale) 


Los árboles más frecuentes en estas sabanas son el Chloroxylon swietenia, Berrya cordifolia, Diospyros ebenum, Adina cordifolia, Vitex pinnata, Schleichera oleosa, el endémico Hopea cordifolia o el Diospyros ovalifolia, en los pastos domina la Cymbopogon confertiflorus  y uno de los arbustos espinosos más frecuente es el Grewia tiliifolia.

Alondra de Jerdon (Mirafra affinis)


Entramos al parque al amanecer y vimos volar un Zorro volador de la India (Pteropus giganteus) hasta ese momento solo los habíamos vistos electrocutados en los tendidos eléctricos que van junto a las carreteras. Un Cálao coronado (Anthracoceros coronatus) contemplaba los primeros rayos de sol desde lo alto de un enorme árbol. Ya dentro del parque en la pista esquivaba las ruedas del jeep una Alondra de Jerdon (Mirafra affinis), vimos un Bisbita de Richard (Anthus richardi) y un Bisbita estepario (Anthus godlewskii).

Elanio común (Elanus caeruleus vociferus)


Los arbustos espinosos estaban ocupados por varias especies de prínias que son las currucas del subcontinente indio, encontramos Prinia cenicienta (Prinia socialis), Prinia de Hodgson (Prinia hodgsonii pectoralis), Prinia selvática (Prinia sylvatica) y Prinia sencilla de Sri Lanka (Prinia inornata insularis), Timalí ojigualdo de Sri Lanka (Chrysomma sinense nasale) además de un Carricero de Blyth (Acrocephalus dumetorum).

Malcoha sirkir​ (Taccocua leschenaultii)


Otras especies que observábamos aquí por primera vez en nuestro viaje a Sri Lanka fueron la Avefría malabar (Vanellus malabaricus), Aguililla calzada (Hieraaetus pennatus), Cotorra ciruela (Psittacula cyanocephala), Elanio común (Elanus caeruleus vociferus), Estornino rosado (Pastor roseus), Iora coliblanca (Aegithina nigrolutea), Malcoha sirkir​ (Taccocua leschenaultii) y Pigarguillo común (Ichthyophaga ichthyaetus). Esa mañana encontramos un total de 81 especies diferentes lo que prueba la enorme biodiversidad de este parque que es el tercero más visitado de Sri Lanka.

Bundala National Park


Bundala National Park, Hambantota District, Southern Province (6°11'55.45"N / 81°12'36.67"E)


Cocodrilo marino (Crocodylus porosus)


Después de comer salimos rumbo al Parque Nacional de Bundala, este parque combina un bosque seco costero con cinco lagunas salobres costeras y tres lagunas más donde hay una explotación salinera, el total de la superficie protegida es de 6.216 hectáreas.

Canastera chica (Glareola lactea)


Este es un lugar donde se concentran muchas aves acuáticas invernantes y por ello se declaró Parque Nacional en 1969 convirtiéndose en el primer humedal protegido por el convenio RAMSAR en Ceilán, posteriormente fue declarado reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Suimanga cingalesa (Nectarinia zeylonica zeylonica)


La vegetación dominante la componen arbustos y pastizales espinosos donde dominan las acacias como la Dichrostachys cinerea, Randia dumetorum, Ziziphus sp., Gymnosporia emarginata, Carissa spinarum, Capparis zeylanica y Cassia spp. Las principales especies arbóreas son Bauhinia racemosa, Salvadora persica, Drypetes sepiaria, Manilkara hexandra, Chloroxylon swietenia, Azadirachta indica o Feronia limonia.

Alcaraván picogrueso indio (Esacus recurvirostris)


Esa tarde añadimos a nuestro listado nada menos que otras 55 especies más, entre ellas destacar las nuevas del viaje; Agachadiza común (Gallinago gallinago), el espectacular Alcaraván picogrueso indio (Esacus recurvirostris), la delicada Canastera chica (Glareola lactea), Carricero estentóreo (Acrocephalus stentoreus), Charrán piquigualdo (Thalasseus bergii velox), Gallineta crestada (Gallicrex cinerea) y Terrera coronigrís (Eremopterix griseus).

Terrera coronigrís (Eremopterix griseus)


Además encontramos otras aves familiares para los europeos como la Espátula (Platalea leucorodia), Falaropo picofino (Phalaropus lobatus) y la Pagaza piquirroja (Hydroprogne caspia).

Charrán piquigualdo (Thalasseus bergii velox)


Pagaza piquirroja (Hydroprogne caspia)



Quisiera destacar algunas escenas, una de ellas estuvo protagonizada por una Garceta grande (Ardea alba) que arponeo un enorme pez Channa marulius, le costó mucho tragar, lo curioso fue observar como lavaba el pez para quitarle la tierra que se le había pegado durante el lance para después poder tragarlo mejor.

Garceta grande (Ardea alba) traga Channa marulius 


En una laguna no muy grande un enorme Pelícano oriental (Pelecanus philippensis) nadaba con parsimonia y de repente introdujo con violencia cabeza y cuello en el agua, su técnica puede parecer algo tosca pero debe ser efectiva, levantó el pico al cielo y tragó una presa.

Pelícano oriental (Pelecanus philippensis)


No muy lejos un enorme Cocodrilo marino (Crocodylus porosus) se soleaba mientras un Alción picocigüeña ​(Pelargopsis capensis) con gesto agresivo buscaba una presa desde lo alto de un cable del tendido eléctrico. Esa jornada finalizó con la observación de un total de 129 especies, ese fue el día más productivo de todo el viaje. Al anochecer nos alojamos en el Twenty-Two Weligambay Hotel de Weligama.

Alción picocigüeña ​(Pelargopsis capensis)

  
Domingo 27 de enero de 2019

Después del desayuno tras un corto desplazamiento en el puerto de Mirissa embarcamos una golondrina, esa mañana hicimos un total de 43 millas náuticas dirección suroeste y después regresar a puerto, nuestro objetivo era observar ballenas. La costa sur de Sri Lanka es mundialmente famosa por tener una población sedentaria de Ballena azul pigmea (Balaenoptera musculus indica) además de otras especies de cetáceos.


Ballena azul pigmea (Balaenoptera musculus indica)


Zona de Cetáceos de Mirissa. (5°49'13.53"N / 80°41'45.72"E)

El barco avanzaba mientras nos sorprendimos que no se veían aves marinas y eso que les teníamos muchas ganas, pasó una larga hora en la que no vimos nada excepto otros barcos cargados de turistas que salían de distintos puertos y seguían un rumbo paralelo al nuestro, delante nuestro se veían otros barcos más madrugadores, en total habría unas 15 embarcaciones de diferente tamaño que poco a poco se iban juntando.

Ballena azul pigmea (Balaenoptera musculus indica) 


Pasó otra larga hora y media sin ver absolutamente nada, a la altura de la bahía de Dondra, al sur de nuestra embarcación y siguiendo nuestro rumbo emergió un potente soplo que dio paso al dorso de una ballena azul pigmea. Gracias a las fotos se ve que lleva una enorme lamprea cerca del aventador, en el costado derecho, este pez utiliza la técnica de las sanguijuelas, se adhiere a la piel de los cetáceos, la perfora con sus dientes y se alimenta de sangre, es como un vampiro del mar que no necesita ni aletas natatorias ya que una vez adherida a su víctima sólo tiene que dejarse llevar. La enorme ballena respiró un par de veces y volvió a desaparecer.

Ballena azul pigmea (Balaenoptera musculus indica)


Poco después emergió otra ballena al sur pero mucho más lejos, nadaba en sentido contrario a la anterior, su observación fue muy corta, primero vimos el soplido seguido del largo lomo, después sacó la cola fuera del agua y picó, esa ya no la volvimos a ver.

Apareció otro soplido lejano en el este pero dos barcas que teníamos delante nos taparon la visión. Eran las 13 horas como ya se habían visto tres ballenas el resto de barcas empezaron a regresar a puerto pero la nuestra siguió rumbo este en paralelo a la costa, estábamos a la altura de la localidad de Batigama. Los marineros de la golondrina hacen de ojeadores, gritan y señalan donde salen las ballenas para garantizar la observación a todos los pasajeros.


Recorrido realizado obtenido con la opción de cronología de Google Maps


Navegábamos solos y de repente sonó un grito, un marinero señaló con el brazo extendido a babor, muy cerca de nuestro un potente soplido que incluso pudimos oír exhaló, empezó a emerger la enorme espalda que termina en una mínima aleta dorsal muy cerca de la aleta caudal y se sumergió unos metros, en la superficie del agua se veía un color azul claro que delataba que el enorme cuerpo estaba a poca profundidad y emergió de nuevo, repitió la secuencia tres veces más y desapareció. Es un momento que nunca olvidaremos habíamos compartido unos minutos con tres o cuatro ballenas azules diferentes, gracias a las fotos y a la posición de las lampreas en el dorso se puede individualizar a las ballenas. 

Ballena azul pigmea (Balaenoptera musculus indica)


Ballena azul pigmea de Sri Lanka (Balaenoptera musculus indica)

La Ballena azul pigmea para algunos autores es Balaenoptera musculus brevicauda, una de las subespecies de la ballena azul que se distribuye por el Océano Índico y el Océano Pacífico meridional, sin embargo otros autores como Brown y Donahue (1994) sostienen que las poblaciones de la ballena azul del Océano Índico norte son una subespecie distinta que denominan B. m. Indica. Estas son las ballenas azules más pequeñas, sólo alcanzan una media de 19,2 y un máximo de 24 metros de longitud frente a los 30 m a los que llega la subespecie mayor la B. m. intermedia. La Dra. Asha de Vos, srilankesa y principal especialista en el estudio de las ballenas de Ceilán opina que las ballenas azules de Sri Lanka son peculiares ya que no migran al Antártico, además se reproducen en época diferente a la del resto de ballenas pigmeas, comparte la teoría de que son una subespecie diferente. 

Las poblaciones de Ceilán son principalmente sedentarias ya que se observan todo el año en el sur de la isla, sin embargo se ha comprobado que algunos ejemplares realizan movimientos dispersivos que les lleva hasta el mar Arábigo, las Maldivas, al norte de las Seychelles y al Golfo de Adén, en la costa sur de Omán.

Ballena azul pigmea (Balaenoptera musculus indica)

La Ballena azul pigmea pesa una media 52.5 toneladas, los machos son más pequeños aunque más pesados que las hembras, estas alcanzan una longitud media de 21,9 metros.

El ciclo de buceo de la ballena azul consiste en una serie de inmersiones poco profundas llamadas "combate emergente" intercaladas entre dos inmersiones profundas. Cuando nadan cerca de la superficie, respiran y arquean la espalda, no muestran la cola al sumergirse. Cuando van a hacer una inmersión profunda, conocida como "caída de agua", levantan la cola fuera del agua antes de picar y desaparecer. Las ballenas ventilan en series de entre 30 segundos y siete minutos, entre dos inmersiones profundas realizan de cuatro a 20 respiraciones. 

Ballena azul pigmea (Balaenoptera musculus indica) 


Cuando emerge una ballena expira el aire consumido explosivamente por los dos aventadores que tienen en la frente cerca del morro. El aire exhalado en contacto con la atmósfera se condensa y es visible a distancia, después realizan una potente inhalación y se vuelven a sumergir. Cada especie de ballena tiene una forma de exhalar distintiva, la de la ballena azul es una columna fina y vertical de hasta 9 metros de altura.

Gracias al seguimiento vía satélite de ballenas pigmeas en Australia sabemos que su velocidad de natación habitual es de 12 millas náuticas por hora, que cuando se alimentan la reducen una velocidad crucero a una media de 5 km/h. En un solo día ha llegado a nadar 455 kilómetros, aunque hay jornadas que solo se mueven un kilómetro, los desplazamientos los hacen nadando a unos 13 metros de profundidad así evitan la resistencia superficial del agua, alcanzan hasta los 500 metros de profundidad en algunas inmersiones.

Ballena azul pigmea (Balaenoptera musculus indica)


Generalmente viven en solitario pero en lugares con alta concentración de alimento se han llegado a encontrar hasta 50 ejemplares. Se alimentan casi en exclusiva de krill, en aguas del Antártico se ha estimado que llegan a consumir hasta 40 millones de estos crustáceos en un día. Para atraparlos persiguen los enormes bandos de Krill que durante el día se sumergen a más de 100 metros de profundidad mientras que durante la noche suben a la superficie.

En Sri Lanka las ballenas azules se alimentan en toda la costa sur de la isla, esta zona es una transitada ruta de tráfico marítimo por lo que la muerte por colisión con los barcos es la principal amenaza, se estima que todos los años mueren en Sri Lanka un mínimo de 20 ballenas azules y cachalotes, pero el número debe estar muy infravalorado ya que algunos ejemplares se hunden al morir. 


Parte del grupo en la golondrina


De regreso por fin encontramos algunas aves marinas, pudimos ver Charrán embridado (Onychoprion anaethetus), Charrán piquigualdo (Thalasseus bergii velox), Pagaza piconegra (Gelochelidon nilotica) y Charrán sombrío (Onychoprion fuscatus), la nota triste la puso una Tortuga verde (Chelonia mydas) que flotaba muerta.

Ballena azul pigmea (Balaenoptera musculus indica) 


Por la tarde fuimos a dar un paseo por el pueblo y pudimos ver a los famosos pescadores zancudos de Sri Lanka. Cerca de la orilla de calas y playazos clavan en la arena unas largas pértigas llamadas riti panna que tienen entre 2 o 3 metros de altura, en la parte superior de la pértiga instalan un travesaño llamado petta sobre el que se sientan.

Pescador zancudo, foto de Julián P. Suárez


A primera y a última hora del día se suben, se agarran con una mano al riti panna mientras que con la otra sujetan una caña, al final del sedal ponen un anzuelo sin cebo, al moverlo manera peculiar consiguen atrapar pequeños peces.

Abejaruco esmeralda oriental de Sri Lanka (Merops orientalis ceylonicus)


Lunes 28 de enero de 2019

Madrugué para dar un paseo por la arenosa playa del Twenty-Two Weligambay Hotel de Weligama. Esta es una zona muy frecuentada por los surfistas pero al amanecer solo se veía alguna de las típicas embarcaciones de pescadores que regresaban a puerto, las barcas son de casco alargado y estrecho tipo canoa y tienen un estabilizador en forma de patín unido al casco principal por dos travesaños, algunas cuentan con un mástil y una pequeña vela pero todas utilizan uno o dos motores fueraborda para propulsarse.

Embarcación de pesca tradicional de Sri Lanka, foto de Julián P. Suárez


Macho dominante de Langur gris moñudo (Semnopithecus priam)


Durante el paseo encontré las especies más frecuentes de zonas humanizadas, me sorprendió la variedad de conchas y alguna caracola más grande que arrastraba el mar a la orilla, sin duda indica que estas aguas todavía mantienen mucha biodiversidad. Después del desayuno cargamos maletas en el autobús y salimos dirección al aeropuerto pasando por Colombo pero antes paramos en Kiralakele.

Kiralakele Sanctuary, Palatuwa, Matara district, Southern province (5°58'45.95"N / 80°31'22.78"E)

Kiralakele Sanctuary


Esta es una zona pantanosa de 1.800 ha en el sur de la cuenca del río Nilwala, en los últimos años se ha degradado bastante por la presión urbanística ya que está a solo 3 km de la ciudad de Matara pero todavía mantiene vegetación interesante asociada a manglares como el Acrostichum aureum  o el Cerbera manghas, hay lagunas someras y canales que están cubiertos por entre otros el precioso Loto sagrado (Nelumbo nucifera) o la ninfácea Nymphaea pubescens.

Vimos 38 especies, a estas alturas del viaje y en una zona muy humanizada no era fácil observar alguna especie nueva pero tuvimos suerte y añadimos un Oruguero de Macé (Coracina macei), un Gavilàn shikra (Accipiter badius) y un Carricero de Blyth (Acrocephalus dumetorum) que solo había conseguido ver yo en Udawalawe.

Gallineta pechiblanca (Amaurornis phoenicurus) 


Nos sorprendió encontrar en las orillas de un canal drenado con una pala mecánica abundantes conchas de tres tipos de caracoles invasores, dos caracoles manzana del género Pomacea, el Caracol manzana (Pomacea canaliculata) y Caracol manzana paludosa (Pomacea paludosa) además de una caracola grande, el Caracol gigante africano (Achatina fulica).

Tántalo indio (Mycteria leucocephala)


Galle, Galle district, Southern Province (6° 1'39.84"N / 80°13'0.14"E)

Comimos en la Fortaleza colonial portuguesa de Galle y nos llevó el resto de la tarde llegar al último hotel del viaje situado muy cerca del aeropuerto, el The Tamarind Tree Hotel.

Martes 29 de enero de 2019

Era nuestra última jornada en Sri Lanka pero por suerte nuestro vuelo salía a las 8 de la tarde por lo todavía pudimos pajarear esa mañana en los enormes jardines del hotel.

The Tamarind Tree Hotel, Minuwangoda, Negombo district, Western Province (7°11'0.04"N / 79°55'6.41"E)

Cucal chino (Centropus sinensis parroti)


Vimos Drongo cenizo (Dicrurus leucophaeus longicaudatus) y Drongo ventriblanco (Dicrurus caerulescens), Golondrina de Sri Lanka (Cecropis hyperythra), Koel común (Eudynamys scolopaceus scolopaceus), Miná común de Sri Lanka (Acridotheres tristis melanosternus), Oropéndola gorjinegra (Oriolus xanthornus ceylonensis), Pito bengalí (Dinopium benghalense puncticolle), Suimanga cingalesa (Nectarinia zeylonica zeylonica), asistimos a lo que parecía una defensa territorial por parte de dos parejas de Cucal chino (Centropus sinensis parroti) que se enfrentaron desafiantes sin acercarse ni atravesar el teórico límite, rematamos la mañana con un espectacular macho marrón de Monarca colilargo asiático (Terpsiphone paradisi). Esa tarde cogimos el avión y terminamos el viaje. 

Drongo ventriblanco (Dicrurus caerulescens) 


Hemos visto un total un total de 277 especies, 228 aves, 24 mamíferos, 16 reptiles y anfibios, 2 peces y 6 invertebrados, hemos tenido la fortuna de observar 29 de las 33 aves endémicas que hay en Sri Lanka.

Sri Lanka es un destino muy recomendable, la amabilidad de los cingaleses, una comida más del gusto europeo comparada con la de su vecina del norte, la India, los alojamientos son de muy buena calidad y tienen precios muy razonables, en invierno el tiempo aunque es caluroso a mediodía es similar al que tenemos al principio del verano ibérico, los periodos entre monzones prácticamente no llueve nada, todo esto sumado a una naturaleza bien conservada deben ser razones suficientes para animar a cualquier amante de la naturaleza y los viajes.

Parte de nuestro grupo, Carmen, Angelines, Pau, Juan, Presen, Alejandro y Julián


No quiero finalizar esta crónica sin agradecer la amistad y camaradería de todos los compañeros de esta aventura: Angelines, Carmen, Maica, Presen, Alejandro, Aurelio, Gerardo, Juan y Julián. 

He hechos dos grandes viajes con ellos por lo que creo que puedo recomendar con toda confianza la preparación, la disponibilidad, la paciencia, la profesionalidad y la cercanía de Pau Lucio y de Birdwatching Spain.


Ha sido un placer dejarnos llevar por nuestro guía ornitológico Gayan Cooray y por el equipo formado por Kamal y Selwan, nuestro chofer y ayudante que además de conducir magistralmente fueron todo amabilidad y simpatía. 

Gayan y Pau

Agradecer la cesión de fotos para ilustrar esta crónica a Julián, Alejandro, Juan, Gerardo y Pau y gracias al lector que haya llegado hasta aquí. Si se presenta la oportunidad, ¡no lo dudes! Sri Lanka es un destino ideal.


Archibebe fino (Tringa stagnatilis)


Texto de Rafa Muñoz, fotos de Alejandro Vázquez, Julián P. Suárez y Rafa Muñoz.