Excursión a los marjales de la Safor y al Faro de Cullera.


El domingo 19 de Noviembre amaneció un día estupendo, con temperatura casi primaveral y sin viento, ni nubes. A las nueve de la mañana y con una "puntualidad" aceptable, nos reunimos 22 personas (incluidos 4 niños) en la estación de tren de Xeraco, para llevar a cabo excursión que teníamos programada al Marjal de la Safor (o de Xeresa).

La primera parada la efectuamos en una pequeña loma junto a la Marjal, desde la cual divisamos ésta en toda su extensión y aquí nos llevamos las primeras sorpresas: Unas agradables, como una Aguililla calzada de morfo claro posada en una torre eléctrica que se dejó observar a placer; pero otras no tanto, como las obras de construcción de una macro-urbanización en la montaña cercana y unos cazadores dándole a un conejo y que posteriormente le tiraron, sin darle, a una calzada que pasaba por la zona.

Desde allí bajamos hasta las balsas de la reserva del Samaruc, donde nuestro socio Miguel Mondría nos iba contando "historias del agua", aspectos hídricos de la Marjal y de los usos que los agricultores han venido haciendo de la zona. Resulta curioso que apenas había acuáticas y sin embargo abundaban las rapaces: Vimos 8 calzadas (6 de ellas cicleando juntas), 2 ratoneros, 1 hembra adulta de lagunero y 1 cernícalo. El comentario jocoso fue que algo está cambiando en la naturaleza, ya que para ver acuáticas era mejor la balsa de El Pontón (Requena) y para ver rapaces una marjal costera.

Desde aquí nos fuimos a Tavernes de Valldigna, al Clot de la Font, fuente de caudal sorprendente para la zona que merecería mejor uso que el de merendero con "torraors" que ahora la enmarca. Allí vimos poco más que algún Petirrojo, Mitos y Colirrojos tizones, pero algunos aprovecharon para comprobar la merecida fama de las naranjas de Tavernes. Comida casi en familia en un bar de la localidad y a las 15,30 hacia el Faro de Cullera.

Desde el faro, con una luz inmejorable, disfrutamos de hora y media de observaciones. No faltaron Gaviotas patiamarillas y reidoras, de Audouin (vimos sólo un par a última hora de la tarde), Charranes patinegros deleitándonos con sus picados. A mucha distancia de la costa se divisaban Alcatraces atlánticos y dos bandos de Cuchara europeo volando hacia el norte. Pero las observaciones estrella fueron dos Alcas comunes posadas y un Págalo parásito acosando primero a un bando de Gaviotas reidoras.

Ya con luz escasa recogimos los bártulos y para casa. Un bonito día disfrutando de nuestra afición y en agradable compañía ¿Se puede tener mejor plan para un domingo?.

Luis Aleixos.