ADEMUZ, COMARCA NATURAL


10 de junio de 2019.

Roquero rojo (Monticola saxatilis)


La comarca del Rincón de Ademuz es una de mis debilidades personales, aquí encuentro naturaleza, historia y etnografía, estas antiguas tierras suman a todo lo anterior mucha tranquilidad ya que es parte de la España vacía, las gentes del Rincón son adustos, nobles y cálidos y por si faltaba añadir algo se come de maravilla.

El Pinar, Ademuz


Hacía tres años que no volvía y este mes de junio pude acercarme los días 10 y 11. Empecé mi ruta por El Pinar de Casas Bajas. El Pinar es una meseta situada a mil metros de altitud que está sembrada de piedras calizas, en la antigüedad ante la falta de zonas fértiles un ejército de agricultores y pastores que debían parecer espartanos se dedicaron a apilar las piedras de los llanos en márgenes para intentar dejar en el centro un poco de tierra donde poder clavar un arado, con las hormas protegían lo sembrado de los vientos helados que suelen azotar estas tierras altas donde llueve poco y gran parte del año está todo paralizado por las heladas.

Barraca Grande o de Andrés, Casas Bajas


Ante la inmensa cantidad de piedras que tenían que retirar de los campos, la crudeza de un clima cambiante y lo alejado que quedaban las poblaciones situadas 400 metros más abajo a orillas de los ríos que cortaron esta meseta decidieron hacer unos refugios de piedra seca donde resguardarse y dormir los días de labor, les llamaron barracas, también construyeron aljibes donde almacenar el agua de lluvia.

Aljibe en  El Pinar de Casas Altas

Una vez puesta en producción la meseta y ante la necesidad de producir más alimento aterrazaron las laderas donde plantaron almendros que en época de floración tiñen de blanco y rosa todo el Rincón de Ademuz y en los mejores sitios, los más húmedos y resguardados plantaron algún olivo. En los fértiles valles fluviales con agua abundante gracias al río Turia y sus afluentes todavía hoy crecen buenos huertos, cerezos y manzanos de la variedad local Esperiega, una manzana de un sabor inigualable.

Tarabilla común (Saxicola torquatus)


Justo en El Pinar de Casas Bajas es donde se encuentra la barraca más grande y espectacular, la llaman la barraca Grande o barraca de Andrés y allí mismo comencé un paseo vespertino en el que encontré Abubilla común (Upupa epops), Alondra totovía (Lullula arborea), por el cielo patrullaban dos Buitre leonado (Gyps fulvus) y un Cuervo grande (Corvus corax), Cogujada común (Galerida cristata), cantaba un Cuco europeo (Cuculus canorus), una Curruca tomillera (Sylvia conspicillata) y varios machos de Escribano triguero (Emberiza calandra), también vi Mirlo común (Turdus merula), Paloma torcaz (Columba palumbus), Pinzón vulgar (Fringilla coelebs) y Tarabilla común (Saxicola torquatus), para finalizar añadir que encontré una mariposa Blanquiverdosa moteada (euchloe crameri) y muchos pies de la orquídea Orchis conica.

En el centro, abajo, de color rosa dos Orchis conica


Cogí el coche y seguí camino dirección la capital comarcal a Ademuz, añadí un Alcaudón común (Lanius senator) en la Pedriza de Casas Altas, como quedaban un par de horas de luz decidí acercarme al Prado Bajo, es una zona de huertos a orillas del río Ebrón a su paso por Torrebaja y allí vi una libélula Aeshna cyanea que patrullaba las aguas prístinas donde de tanto en cuanto saltaba alguna Trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss) de buen tamaño para atrapar alguna de las efímeras que revoloteaban por todas partes.

Río Ebrón y algunas efímeras volando cerca de la superficie


Las efímeras son unos insectos apasionantes del orden de los efemerópteros, en su fase acuática se llaman náyades o ninfas y viven bajo las piedras en los lechos de ríos de agua dulce, con la condición que estén limpios y oxigenados. Tras una metamorfosis pasan a una etapa terrestre donde tienen alas y pueden volar, son los subimagos, después de la última muda se convierten en adultos, en imagos que emergen sincronizados y en gran cantidad, no se alimentan su único cometido es aparearse, poner los huevos y morir, todo ello en muy pocas horas de ahí su nombre de efímeras.

Papamoscas gris (Muscicapa striata)


En Torrebaja encontré Avión común (Delichon urbicum), Carbonero común (Parus major), Cetia ruiseñor (Cettia cetti), Chochín común (Troglodytes troglodytes), Curruca capirotada (Sylvia atricapilla), Estornino negro (Sturnus unicolor), adultos y jóvenes  volanderos de Herrerillo común (Cyanistes caeruleus), un Martín pescador común (Alcedo atthis) pasó volando como una flecha, grupos familiares de Mito común (Aegithalos caudatus), Papamoscas gris (Muscicapa striata), Pico picapinos (Dendrocopos major), Pinzón vulgar (Fringilla coelebs), Pito ibérico (Picus sharpei), Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), Serín verdecillo (Serinus serinus) y Zarcero políglota (Hippolais polyglotta).

Casi anocheciendo llegué al hostal Domingo de Ademuz donde me alojé y cene las dos noches que pasé en esta comarca del interior valenciano casi desconocida para el resto del mundo.

Alondra común (Alauda arvensis)


11 de junio de 2019.

Madrugue para recorrer con la mejor luz uno de los parajes más singulares del País Valencià, se trata de otra meseta, en este caso está ubicada en el término de Castielfabib a 1200 msnm, es una zona llana dominada por matorral ralo del tipo tomillar-aulagar y donde vive una comunidad de aves única, son las aves esteparias y entre ellas la más singular y escasa de todas, la Alondra ricotí (Chersophilus duponti) prueba de su escasez es que solo pude ver un ejemplar.

Alondra ricotí (Chersophilus duponti) 


Esta es una especie muy escasa, en Europa solo se puede encontrar en nuestro país, según el II Censo Nacional de la Alondra ricotí (2004-2007) la población española sería de 4.047 machos cantores (Garza & Traba 2016). En la Comunitat Valenciana se estimó una población de entre 44 y 47 machos en 2011 (C. Pérez-Granados & López-Iborra 2013), en 2019 la población valenciana rondaría los 50 machos cantores, los principales núcleos serían el Hontanar con 20 machos y otros 20 en El Losar, (Cristian Pérez-Granados com. pers. 2019).

Meseta en Castielfabib


En estos llanos hay más aves esteparias, esa mañana encontré Alondra común (Alauda arvensis), Bisbita campestre (Anthus campestris), Cogujada común (Galerida cristata), Curruca rabilarga (Sylvia undata), Curruca tomillera (Sylvia conspicillata), Gorrión común (Passer domesticus), Pardillo común (Linaria cannabina mediterranea) y Tarabilla común (Saxicola torquatus).

Cogujada montesina (Galerida theklae)


En una cuadrícula contigua donde hay cultivos de cereal, de almendro y en las laderas crecen unos pequeños bosquetes con pinos, sabinas y enebros añadí las siguientes especies Cogujada montesina (Galerida theklae), Collalba gris (Oenanthe oenanthe) y una de las sorpresas de la mañana un Roquero rojo (Monticola saxatilis).

Abubilla común (Upupa epops)


En el valle por donde sube la N-420 encontré Abubilla común (Upupa epops), Buitre leonado (Gyps fulvus), Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), Culebrera europea (Circaetus gallicus), Escribano triguero (Emberiza calandra), Gorrión chillón (Petronia petronia), Lavandera blanca (Motacilla alba), Oropéndola europea (Oriolus oriolus) y Urraca común (Pica pica).

Valle de Tóvedas


Después me desvié al sur y bajé al valle de Tóvedas, esta lluviosa primavera había favorecido que los sembrados de cebada vistieran de un intenso verde el centro del valle, contrastaba el amarillo marrón de los espartales y el azul de la flor del romero que llenaban los campos abandonados, algunas parcelas las han vallado y han plantado carrascas micorrizadas de trufa. 

Noguera y pinar en Tóvedas de Arriba


Pocos parajes se libran de la presión de nuestra especie y por la pista que recorre el valle de Tóvedas transitaban vehículos pesados a gran velocidad que levantaban una enorme nube de polvo y seguro que provocarán atropellos de fauna.  Esta pista lleva a la cantera de travertinos de El Losar, a pesar de lo que especificaba la Declaración de impacto ambiental (Expediente: 121/06) que indicaba que el acceso del tráfico a la explotación se realizaría por Vallanca, ahora vienen por la N-420 y de allí entran a la pista de Tóvedas acabando con la tranquilidad de este valle remoto.

Bisbita campestre (Anthus campestris)


En Tóvedas de Arriba en un paseo circular apunte en mi cuaderno de campo: Agateador común (Certhia brachydactyla), Alcaudón común (Lanius senator), Carbonero común (Parus major), los cantos de tres machos distintos de Codorniz común (Coturnix coturnix), Corzo (Capreolus capreolus), Cuervo grande (Corvus corax), Estornino negro (Sturnus unicolor), una pareja de Perdiz roja (Alectoris rufa), Pico picapinos (Dendrocopos major), Serín verdecillo (Serinus serinus) y Zarcero políglota (Hippolais polyglotta) de este listado omito especies antes mencionadas en esta crónica.

Curruca tomillera (Sylvia conspicillata)


Acabé la jornada y mi breve escapada al Rincón de Ademuz viendo la puesta de sol en el mirador de la Hoz del río Bohígues donde anote entre otros Avión común (Delichon urbicum), Avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) y Herrerillo común (Cyanistes caeruleus). En día y medio he visto un total de 51 especies en 35 horas en el increíble Rincón de Ademuz ¡volveré muy pronto!

Hoz del río Bohígues y Ademuz al fondo


Texto y fotos de Rafa Muñoz 2019

Corzo (Capreolus capreolus)