MOYA, HISTORIA Y PÁJAROS

Collalba gris (Oenanthe oenanthe) 


10 de Junio de 2019

Todos los años intento ir como mínimo una vez a la peña del castillo de Moya, está situado en oriente de la provincia de Cuenca, en un altozano de 1149 msnm que domina unos llanos con algunos campos de cereal.

Esta soberbia plaza fuerte que contaba con cinco recintos amurallados y ocho puertas guardaba la frontera de Castilla frente a los vecinos Aragón y Reino de València. En 1210 la pobló Alfonso VIII,  en 1215 fue concedida a la Orden de Santiago dirigida por el Maestre de Calatrava Juan Gonzáles, después Fernando III consolidó sus murallas, le concedió unos fueros.


Castillo de Moya


Las gentes de estas tierras adustas defendieron su libertad frente a señores e invasores, sirva de ejemplo que los poderosos ejércitos franceses tuvieron serios problemas con los guerrilleros de Moya. Después de una larga historia de asedios y saqueos que fue mermando la escasa población, la puntilla de esta fortaleza liberal fue la guerra carlista, resistió a las tropas del general Cabrera hasta que en 1835 sufrieron la última derrota, como castigo se ordenó destruir completamente el castillo y la población intramuros, los escasos supervivientes ya no volvieron a reconstruir la fortaleza y se dispersaron y fundaron las cuatro aldeas que hoy forman el municipio de Moya.


Castillo de Moya


Para disfrutar de la naturaleza es mejor ir al castillo de Moya entre semana, cuando es fácil tener la suerte de estar solo en estas espectaculares ruinas que dan cobijo a un montón de aves singulares y que se dejan observar con bastante facilidad. Esa mañana estaba cerrado el acceso en coche al castillo por unas obras de rehabilitación, tuve que dejar el coche en el arrabal a los pies de la peña y eso me dio la oportunidad de observar un buen puñado de aves.


Roquero solitario (Monticola solitarius)


Un macho de Roquero solitario (Monticola solitarius) cebaba un pollo volandero, cuando me acerqué empezó a dar la alarma para advertirle que estuviera callado y escondido, eso me dio la oportunidad de fotografiar al macho, cuando me alejé él bajó a cebar.


Pardillo común (Linaria cannabina mediterranea)


En las ladera iban y venían grupos de Pardillo común (Linaria cannabina mediterranea), Escribano triguero (Emberiza calandra), Jilguero europeo (Carduelis carduelis) y Tarabilla común (Saxicola torquatus). En el cielo volaban abundantes grupos de Vencejo común (Apus apus) y algunas parejas de Avión roquero (Ptyonoprogne rupestris).

Carbonero común (Parus major)


Dentro del recinto amurallado entre las piedras crecía un abundante tapiz herbáceo, zarzas y espinos en las zonas más umbrosas, entre las abundantes flores destacaban las enormes inflorescencias de los hinojos, allí vi Carbonero común (Parus major), Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) y Zarcero políglota (Hippolais polyglotta), este año me falló el roquero rojo. 

Cogujada montesina (Galerida theklae)


Una de las plazas en el centro de la fortaleza estaba tapizada de flores y allí vi Cogujada montesina (Galerida theklae) con el plumaje muy desgastado y Gorrión chillón (Petronia petronia).

Gorrión chillón (Petronia petronia)


No solo encontré aves también vi una Lagartija colilarga (Psammodromus algirus) que se soleaba en una piedra al borde del acantilado, una Lagartija roquera (Podarcis muralis) era mucho más tímida e intentaba pasar desapercibida entre las piedras caídas de la torre del homenaje, un Lagarto ocelado (Timon lepidus) juvenil atravesó el camino que bajaba al arrabal. En los muros de las callejas del castillo encontré varios ejemplares de Esfinge colibrí Macroglossum stellatarum).


Lagartija roquera (Podarcis muralis)


En el arrabal situado a los pies de la montaña añadí a mi listado Gorrión común (Passer domesticus), una pareja de Collalba gris (Oenanthe oenanthe) que también debían advertir a un pollo que permaneciera oculto dentro de un espeso herbazal, desde un tejado próximo volaban a al lugar donde debía estar escondido, se cernían encima sin dejar de dar gritos de alarma y después regresaban al posadero, repitieron este comportamiento varias veces y eso me permitió intentar alguna toma singular.


Lagartija colilarga (Psammodromus algirus)


En el aparcamiento hice la última observación de una especie singular ya que era la primera vez que encontraba en Moya un Gorrión moruno (Passer hispaniolensis hispaniolensis) en concreto un macho que llevaba ceba al nido.


Gorrión moruno (Passer hispaniolensis hispaniolensis)


Texto y fotos de Rafa Muñoz 2019.