Somiedo: La Pornacal (II)

 

Braña La Pornacal

Por segundo año consecutivo nos hemos escapado unos días a disfrutar de la cordillera cantábrica. El año pasado nos iniciamos descubriendo las comarcas de La Laciana, Babia y Omaña leonesas. Este año hemos elegido alojamiento en Robles de Laciana (Robres de Ḷḷaciana), muy cerca de Villablino con la idea de explorar los concellos del occidente asturiano y su biodiversidad. En modo diario de viaje repasaremos detalles de las rutas realizadas y las especies detectadas.


Cementerio viejo de la Laciana

 

13 de septiembre

Mi paseo matutino me llevó a los cementerios de Robles de Laciana, unos metros más alejado del típico camposanto actual hay un prado cubierto por grandes helechos donde sobresalen las tumbas de la primera necrópolis, sin duda es un lugar curioso (42°56'28.9"N 6°16'11.4"W). En la edad Media todos los cristianos de La Laciana y del vecino concejo de Ribadesil se enterraban aquí, ello provocaba que en invierno hubiera que realizar penosos desplazamientos de cortejos fúnebres. 


Papamoscas cerrojillo


Cuando clareó el día observé curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), petirrojo europeo (Erithacus rubecula) y un nutrido grupo de pinzón vulgar (Fringilla coelebs).


Excremento de oso pardo, Robles de Laciana


Lo sorprendente fue encontrar en medio de la senda que lleva a una explotación apícola cercana un enorme excremento fresco de oso pardo (Ursus arctos) (42°56'32.8"N 6°16'02.9"W). En esa zona las colmenas están valladas y tienen pastores eléctricos que les protegen, pero abundan las cerezas (Prunus sp.), avellanas (Corylus avellana), endrinos (Prunus spinosa) y tapaculos de rosales silvestres (Rosa micrantha). Los huesos de estos frutos en la deyección demostraban a que se dedican los plantígrados en esta época, se alimentan de estos frutos y para conseguirlos no dudan en acercarse mucho a las poblaciones.


Avellano


De nuevo junto a mis compañeros subimos el Puertu y bajamos hasta Pola de Somiedo. Allí nos detuvimos para disfrutar de un confiado zorro (Vulpes vulpes) junto a la carretera que debía comer algún animal atropellado.


Mirlo acuático

 

Seguimos por las espectaculares Foces del Ríu Somiedu y pasado Castro, en uno de los pocos apartaderos posibles nos detuvimos (43°08'34.3"N 6°15'45.8"W), la recompensa fue observar mirlo acuático (Cinclus cinclus).  


Cabaña de teito en La Pornacal


De nuevo en la carretera llegamos hasta Augasmestas para salir de la AS-227 y remontar el valle del río Pigüeña hasta la localidad de Villar de Vildas. Esta localidad está en plena zona vaqueira, los vaqueiros de alzada son un peculiar y ancestral grupo étnico que se dedicaba a la ganadería trashumante. Dejamos el vehículo en el aparcamiento habilitado (43°05'27.3"N 6°20'11.6"W) e iniciamos la ruta de la braña La Pornacal. Se encuentra a 3,5 km remontando el valle por una pista limitada al tráfico ganadero local.


Abejero europeo

La pista gana altura en paralelo al río, con pastizales en la parte baja y un precioso bosque que ocupa las laderas y partes altas. En el paseo pudimos observar abejero europeo (Pernis apivorus), avión roquero (Ptyonoprogne rupestris), escribano cerillo (Emberiza citrinella), lavandera cascadeña (Motacilla cinerea), papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), mirlo acuático (Cinclus cinclus), tarabilla norteña (Saxicola torquatus), caracol de labio blanco (Cepaea hortensis) y babosa negra (Milax nigricans) entre otras especies más comunes.


Lavandera cascadeña

La braña de La Pornacal (43°03'54.6"N 6°19'09.5"W) está en la parte alta del valle, a más de 1000 metros de altitud. Es de las más grandes y mejor conservadas, se divide en cuatro barrios que concentran hasta 36 cabañas de teito. Lástima que cuando llegamos a la braña empezó a diluviar y tuvimos que regresar rápidamente.


Panera asturiana en Villar de Vildas


Para compensar comimos de lujo en el bar de Villar de Vildas, que nos ofreció una selección de quesos, pote típico y unas carnes espectaculares, todo ello regado con abundante sidra y a un precio razonable.


Bar de Villar de Vildas

Texto y fotos de Rafa Muñoz