Somiedo: La Peral (I)

 

Cabaña de teito, La Peral

Por segundo año consecutivo nos hemos escapado unos días a disfrutar de la cordillera cantábrica. El año pasado nos iniciamos descubriendo las comarcas leonesas de La Laciana, Babia y Omaña. Este año hemos elegido alojamiento en Robles de Laciana (Robres de Ḷḷaciana), muy cerca de Villablino con la idea de explorar los concellos del occidente asturiano y su biodiversidad. En modo diario de viaje repasaremos detalles de las rutas realizadas y las especies detectadas.

 

11 de septiembre.

Al atardecer llegamos a nuestro alojamiento para los próximos días, la casa rural Fuentesil (Robles de Laciana), una base muy recomendable.


Iglesia de San Juan, Robles de Laciana

 

12 de septiembre

Un breve paseo matinal al amanecer por Robles de Laciana deparó la observación de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) en la iglesia románica de San Juan. Este es el templo más viejo de la Laciana, se cree que data del año 1090. 

Tras atravesar la pintoresca localidad llegué al peculiar lavadero, situado en un vallejo al oeste de la población, donde pude ver mirlo común (Turdus merula), carbonero común (Parus major) y pito ibérico (Picus sharpei).


Pito ibérico (Picus sharpei)

Ya junto a mis compañeros Aurelio Sanz y Gerardo Aisa, cogimos el coche para subir al puertu de Somiedu (1485 m) y entrar en Asturias.

En el alto entre pastizales que suele envolver la niebla se encuentra la primera localidad asturiana, El Puertu. Allí vimos avión común (Delichon urbicum) y estornino negro (Sturnus unicolor).

Bajamos al valle que ha labrado el río Somiedo y tras recorrer 22 km vierte aguas en el río Pigüeña, este a su vez se une al Narcea que después acaba en el Nalón.

Picu Altu, el Llamardal


Nos dirigimos a la localidad de La Peral para probar suerte con la observación del oso. El plantígrado no apareció pero pasamos una jornada espectacular disfrutando de un montón de fauna.


Escribano cerillo

Nada más dejar el coche en el aparcamiento que hay unos metros antes de llegar a la localidad observamos camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula), escribano cerillo (Emberiza citrinella) y tarabilla norteña (Saxicola torquatus) (43°02'31.5"N 6°14'55.4"W).


Los Pacharones (1615 m) 

Tras un corto paseo en el que atravesamos la singular localidad llegamos al mirador del Príncipe, situado en lo alto del cerro del Cuernu (1378 m) (43°02'44.5"N 6°14'43.6"W) desde donde se ve buena parte de la cabecera del valle y de las montañas que lo circundan. Lo primero que nos llamó la atención fue la cantidad de rapaces que había sobre el pico de Los Pacharones (1615 m) (43°02'56.1"N 6°15'15.4"W) que está situado al sur, pegado a la aldea.


Culebrera europea


En el alto había una culebrera europea (Circaetus gallicus) que acababa de cazar una serpiente, por su boca todavía asomaba la cola del desdichado ofidio. Recibió el ataque de un celoso Halcón peregrino mediterráneo (Falco peregrinus brookei) y decidió alejarse rápidamente.

Sin tregua entro en acción un grupo de cuatro busardo ratonero (Buteo buteo) que jugaban con el viento a cernirse, parecían ensayar combates aéreos entre ellos.


Chova piquirroja

En ese mismo pico vimos a lo largo de la mañana águila calzada (Aquila pennata), buitre leonado (Gyps fulvus), cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y chova piquirroja (Pyrrhocorax graculus).

Las horas pasaron muy rápido a pesar que no tuvimos suerte con la observación del oso. A mediodía regresamos a La Peral para comer en el D’iban de Somiedo, un espectacular bar restaurante, muy recomendable pero reservar mesa si queréis comer allí en temporada alta.

Después de un festín a base de quesos asturianos, chorizo y cecina leonesa, un cachopo y un puchero de fabes mis compañeros necesitaban reposo. Yo preferí bajar la copiosa comida con un paseo por la pista que sigue por el valle, en dirección oeste, que en pocos kilómetros llega hasta El Chanu (43°03'07.2"N 6°16'22.8"W).


Cabaña de teito, La Peral

Este valle de pendiente suave es una braña, así se denominan los pastos de altura que aprovecha la ganadería extensiva. Los pastores astures levantaban en ellos unas típicas cabañas, los teitos. A diferencia de las pallozas leonesas o de las de los Ancares que son redondas, aquí las construyen con planta rectangular. Los  muros los levantan acumulando piedra seca, para cubrirlos a dos aguas construyen un entramado de madera de avellano (Corylus avellana) o serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia) sobre el colocan ramas de teito, generalmente es retama (Cytisus scoparius). La cubierta vegetal a la vez que impermeabiliza el interior mantiene el calor del hogar. Este tipo de construcción está claramente inspirado en los primitivos castros. En esta braña hay dos teitos muy bien conservados (43°02'40.3"N 6°15'17.7"W y 43°02'43.5"N 6°15'29.2"W).


El Chanu, La Peral

En el recorrido pude observar acentor común (Prunella modularis), alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio), paloma zurita (Columba oenas) así como dos especies de mariposas, la maculada (Pararge aegeria) y la espectacular pavo real (Inachis io).


Alcaudón dorsirrojo


Por la tarde nos dirigimos a la vecina localidad de Gúa, al prado donde se concentran los que quieren observar un oso en libertad (43°04'46.3"N 6°15'36.1"W). Estuvimos casi hasta que anocheció pero no apareció ninguno por lo regresamos a la Laciana.


Camachuelo común


Texto y fotos de Rafa Muñoz